Es una realidad que la línea entre vida personal y vida laboral se vuelve cada vez más fina. La tecnología hace que esta barrera, en otros tiempos muy claramente delimitada, se diluya. No es extraño recibir llamadas profesionales fuera del trabajo, responder correos electrónicos en horarios no laborales y, por tanto, si el trabajo ha invadido la vida personal, es normal que en el trabajo se fomente la vida social.
Esta tendencia provoca un cambio muy claro en los espacios de trabajo donde toman protagonismo las zonas comunes que promueven la colaboración y la flexibilidad en detrimento de los despachos privados. En el mismo sentido, el perfil de trabajador de las nuevas generaciones, los millenials, encajan mejor en este tipo de organización y manera de trabajar.
El diseño actual de las zonas de trabajo debe dar cabida a la diversidad de actividades que se llevan a cabo en una oficina para crear espacios diferentes que permitan elegir el mejor rincón donde desarrollar cada tarea en lugar de trabajar siempre en el mismo y único entorno, anclado en una mesa de escritorio. Como dice Eduardo Salsamendi, presidente de ProWorkSpaces, la asociación del sector de las oficinas flexibles, «el trabajo ha dejado de ser un lugar para convertirse en una acción», lo que supone un cambio de mentalidad donde desapareciendo la cultura presencial al trabajo. Donde ahora se trabaja mañana se hará una presentación o una reunión de negocios y los espacios tienen que dar la posibilidad de adaptarlo e incluso inspirarlo. Obviamente, la ergonomía y la calidad de la luz siempre estarán presentes. En este sentido, los arquitectos e interioristas cogen un fuerte protagonismo.
«Donde ahora se trabaja mañana se hará una presentación o una reunión de negocios y los espacios tienen que dar la posibilidad de adaptarlo e incluso inspirarlo»
Las grandes empresas ya están recogiendo e implantando esta tendencia, así como, sobre todo los grandes operadores tanto nacionales como internacionales. Los movimientos de estos actores, pioneros en este cambio hacia la socialización, están arrastrando al resto en esta dirección. Estamos viendo que no se trata de una moda sino de algo que irá a más y transformará las oficinas en espacios irreconocibles tal como se tenían concebidos hace poco de 10 años.
Otro elemento que está fomentando esta revolución de los espacios de trabajo es la llegada de los llamados knowmad, los nómadas del conocimiento. Es cierto que la gran crisis de 2008 aceleró el crecimiento de estos profesionales de valor añadido, pero también es cierto que la tecnología permite que el conocimiento individual pueda trabajar en cualquier nivel y de manera global. Este tipo de trabajador no quiere trabajar en la frialdad de la individualidad y esto favorece la cultura colaborativa de las oficinas flexibles, donde no hay ninguna dependencia entre los miembros, pero si una interdependencia muy enriquecedora que fomenta el sentido de Comunidad, otro elemento que está tomando mucha fuerza.
El sector de las oficinas flexibles: Coworking o Business Centers era irrelevante hace 10 años. Ahora crece a ritmos superiores al 20% anual. A finales de 2017 había cerca de 18.000 espacios en el mundo y la previsión a cinco años, en 2022, es de más de 30.000 espacios. Además de un aumento constante de la superficie media por centro que no deja de crecer cada año. Esto da una idea del nivel de transformación de los espacios de trabajo.
¡Bienvenidos a la revolución!
Autor: Juanjo Martínez (CEO & Founder NETWORKIA)
Fuente: Via Empresa